En 1940, llega a la presidencia Rafael Ángel Calderón Guardia, con un gran apoyo electoral, producto de su posición social cristiana. Su gobierno se basó en la intervención del estado para impulsar el mejoramiento de las condiciones sociales y del establecimiento de la industria. Su tarea se volvió un poco difícil al coincidir su gobierno con el periodo en que se dio la Segunda Guerra Mundial. Puso en práctica medidas que trataron de mejorar la condición social del país, pues los efectos de la Segunda Guerra Mundial se hacían sentir, los principales compradores de los productos costarricenses eran los participes en el conflicto. La escasez de materiales de primera necesidad produjo una inflación generalizada, además, la mayoría de la población no tenía acceso a los servicios de salud. Este panorama exigió reformas urgentes por parte del Estado. El gobierno de Calderón puso en marcha una serie de reformas, favoreciendo a la mayoría pero, a su vez esto significaba un descontento por parte de la empresa privada que sintió una fuerte intromisión en sus negocios e intereses, alejándose del gobierno. Sin el apoyo de los grupos poderosos, buscó ayuda en el Partido Comunista y de la Iglesia Católica, dirigida por Víctor Manuel Sanabria, esto permitió que se promulgaran una serie de Reformas Sociales. Todas las reformas realizadas promovían la protección a las familias, en especial a la mujer, los niños, ancianos y desvalidos, una distribución equitativa de la riqueza, así como ofrecer al trabajador el medio por el cual no se vieran violados sus derechos, brindándole una mejor condición de vida. Y dotar a los costarricenses de movilidad social por medio de la educación superior.